Jacques Lacan sorprende cuando indica que no es el mutismo lo que le parece lo más sorprendente entre los autistas, sino la verborrea. Ni siquiera se trata de una observación clínica, cuya pertinencia no se dudaría, sino de la orientación esencial para abordar la especificidad de un tipo clínico original. ¿Qué es la verborrea? Sino un uso de la lengua de donde la enunciación se ausentó. Ahora bien, la enunciación inscribe el goce vocal en el campo del lenguaje. La voz como objeto pulsional no es la sonoridad de la palabra [voz], sino la manifestación en el decir del ser del sujeto.Es una constante mayor del funcionamiento autístico el protegerse de toda emergencia angustiosa del objeto voz. De la suya propia, por la verborrea o el mutismo, de la del Otro, por el evitamiento de la interlocución. El autista es un sujeto que se caracteriza por no haber incorporado el objeto vocal que soporta la identificación primordial, resulta de eso una carencia de Sí, en su función representativa del sujeto. Cuando el goce del viviente no se cifra en el significante, la manifestación clínica más manifiesta, subrayada por todos los autistas de alto nivel, reside en una escisión dolorosa entre los afectos y el intelecto. Las otras características del cuadro clínico son algunas de las consecuencias.
La representación más difundida autista es efectivamente la de un ser mudo, de modo que Lacan sorprende, con ocasión de una de sus raras indicaciones concernientes a estos sujetos, calificándolos de "verbosos": "Qué le cueste entender [escuchar], dar su alcance a lo que dicen, no impide que sean personajes más bien verbosos”
Me encantó. Abrazo.
ResponderEliminarMercedes
Conmovedora letra Juan, felicitaciones!
ResponderEliminarabrazo
Elisa
Qué buen poema. Felicitaciones.
ResponderEliminarHermoso y sentido poema :)
ResponderEliminarUn abrazo
¡Precioso! Un placer leerte. Un abrazo.
ResponderEliminarQué voz no hace su caída en las verdades vacías, las incomprensibles, las que devanan y rebanan la razón hacia la primera pregunta.
ResponderEliminarFinalmente en el trasluz de la voz, que es su Silencio, a veces, entendemos ese pentagrama.
Juan, la desnudez de tu Poética es una daga dulce.
Te abrazo.
Virginia.
¿Para qué intentar las voces de verdades sin luz y de acústicas sin vuelo?
ResponderEliminarLa palabra tienen que remontar te tiene que salvar de la caída, Juan.
Descubrí los vuelo en el trasluz de lo dicho.Tu poema me pareció una crítica excelente a la banalidad y la vanidad mediática.
Tal vez, en otra lectura me aparece un desencuentro amoroso.
Me gustó leerte. Me angustió un poco y me rebeló bastante.
Gracias,
Graciela